El Albertonykus era un alvarezsáurido del tamaño de un pollo y se asume que tenía unas proporciones similares al resto de los dinosaurios de su familia: cabeza pequeña y fina, cuello delicado, patas traseras muy largas de velocista, y brazos diminutos dominados por un único dedo (los otros dedos son vestigiales o no existen).
Dado que los huesos del extraño brazo son de estructura robusta y los músculos que los rodean y los unen con el pecho parecen haber estado muy desarrollados, los científicos descartan la idea de una mano inútil que sencillamente se atrofió. Más bien parece una especialización para excavar, pero no grandes madrigueras donde esconderse sino pequeños agujeros de los que extraer alimento.
La mejor hipótesis postula que los alvarezsáuridos se dedicaban a perforar termiteros. Longrich y Currie, los autores del trabajo sobre el Albertonykus, han comprobado que en la misma formación donde se halló esta especie hay madera fósil con los típicos agujeros y galerías de las termitas Termopsidae. Proponen, entonces, que el pequeño dinosaurio estaba especializado en sacarlas de sus nidos en los troncos.
Los alvarezsáuridos son dinosaurios peculiares, muy especializados, de posición filogenética incierta. Algunos rasgos de su esqueleto son sorprendentemente similares a los de las aves, y durante un tiempo se les consideró aves primitivas que habían perdido la capacidad de volar. Hoy se les considera próximos a las aves, de todas formas. Muy probablemente estaban cubiertos de plumas y al menos uno de ellos (el también pequeño Shuvuuia, de Mongolia) las tenía con casi total seguridad.
Del Albertonykus solo se conocen algunos huesos de brazos y piernas. Los restos de varios individuos fueron encontrados entre huesos del terrible carnívoro Albertosaurus.
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